Por la Ruta de las Flores

Ricardo Sosa

El pasado fin de semana motivado por el anuncio de la celebración del festival del café en Concepción de Ataco, Ahuachapán, decidimos como familia emprender un viaje por la denominada “ruta de las flores” sin imaginar una serie de obstáculos durante el día. El primer desafío fue pasar antes de las 9:00 a.m. por Los Chorros, al llegar a la zona demoramos aproximadamente media hora para pasar por el sector donde se está trabajando en las labores de mitigación. Decidimos irnos por la carretera a Sonsonate sin imaginar que encontraríamos un segundo problema vehicular, por contracción en esta segunda oportunidad fueron 52 minutos en pasar ese tramo. El tercer obstáculo fue en la ciudad de Sonsonate, donde existen ya las características del tráfico de una importante ciudad con gran actividad comercial. Luego de estas situaciones llegamos a Concepción de Ataco, después de una ruta de dos horas con 55 minutos, tiempo que  nos hubiera ubicado a pocos minutos de la Ciudad de Guatemala.

Ya en el parque central era evidente la afluencia de turistas internos de diferentes puntos del país buscando su plato favorito entre los puestos que se instalan cada fin de semana motivados por un pintoresco rótulo que anima a comprar la comida en el parque; otros, buscaron mayor comodidad en los restaurante alrededor del parque o en las calles principales del pueblo. En el parque, al comer allí tiene relación con los perros que son inquilinos antiguos que buscan sus alimentos, personas que llegan a ofrecer sus ventas, algunos “bolitos” pidiendo para comer; la música es estridente, sin ningún control, y en casi cada esquina. En todo el parque sobresale el sonido ubicado en el centro con un animador que le encanta el doble sentido, con frases por momentos vulgares y contra la integridad de la mujer que las combina con música que complace a hombres que se encuentran tomando licor cerca de la cabina de sonido.

En las calles se extiende el ruido estridente con vehículos que portan todo tipo de aparatos de sonido, apoyados algunos con mini pantallas donde se anuncian, principalmente, hoteles de la zona ofreciendo diferentes promociones.

Ya en horas de la tarde, algunos hombres y mujeres con envases de cerveza nacional en la mano, y muchos de ellos y ellas en evidente estado de ebriedad, sin ninguna limitación de venta de las bebidas alcohólicas; al recorrer los diferentes almacenes con artículos tradicionales también me encontré hombres con envases de cerveza en la mano recorriendo las calles.

Uno de los aspectos que no ha mejorado desde mi última visita es el tráfico en las calles internas de la ciudad, es un verdadero desorden, no hay ningún tipo de regulación de tráfico, es evidente que no existe ningún plan de circulación vehicular y si existe no se respeta.

Durante la tarde observé a dos policías de la denominada “politur” en el parque central atendiendo con mucha amabilidad a personas que les solicitan orientación. Durante mis visitas a Concepción de Ataco nunca he observado miembros del CAM, posiblemente no cuentan con personal.

Al emprender retorno a San Salvador decidí cambiar la ruta por Santa Ana, enfrentando un tráfico de más de una hora en la zona de “Ciudad Real”, en Chalchuapa, por reparación de carretera y nuevamente en la zona de Los Chorros 40 minutos para ingresar a Santa Tecla. Tanto en el camino de ida y regreso no pude observar en los puntos de reparaciones personal de la PNC o del VMT que tanto se requieren ante la intolerancia e irrespeto de algunos conductores. De igual forma en los denominados “miradores” no observé presencia policial, pese a que hay reportes de asaltos a turistas. A unas horas de las vacaciones de agosto, sería importante una reunión con los alcaldes y autoridades para desarrollar coordinaciones y al Ministerio de Turismo sugerirle que se involucre, ya que ellos  están desarrollando grandes esfuerzos a todo nivel para promover el turismo interno y externo, pero estos obstáculos hacen que uno regrese a casa molesto y con gastos adicionales.