La tragedia del alcoholismo y el drama en la juventud

POR RICARDO SOSA/ 20 de agosto 2021

La semana finaliza con videos e imágenes lamentables en las últimas horas en un moderno centro comercial al norte de la ciudad de San Salvador donde se observa a un joven en evidente estado de ebriedad bailando sin camisa, lanzarse a una fuente en el perímetro de una cervecería, y haciendo una serie de movimientos, mientras otros jóvenes de otras mesas se reían, se burlaban de el, y abandonaban sus mesas para grabar dichas escenas y colgarlas en las redes sociales. Mientras era la diversión de las mesas, efectuó un último movimiento donde no pudo tener la conciencia que su cabeza impactaría con un paso peatonal en medio de la fuente generándose fracturas en el cráneo y quedando en estado de inconsciencia, el joven fue llevado a un centro hospitalario en el municipio de Quezaltepeque donde sería declara su muerte.

Tomar licor en El Salvador ahora es una práctica que se puede desarrollar todo el día, noche y hasta en las madrugadas en centros comerciales o casas en zonas residenciales en diferentes municipios donde se han otorgado permisos para funcionar y operar a pesar que en teoría son lugares de ambiente familiar, donde ingresan niños, niñas, adolescentes. Los problemas y escándalos no son nuevos, y pasan diferentes problemas de violencia e intolerancia y siguen operando; las cervezas de toda marca nacionales y extranjeras de venden a $1.50 cada una, no hay limites, y cualquier cosa hay un equipo de matones que están listos para golpearte frente a todos los clientes y la seguridad privada del centro comercial donde ocurra el problema, se saca al «bolo problemático y mal trago» y otra ronda; y parece que la insensibilidad de las autoridades municipales, del ente rector de la salud pública en el país, y de la sociedad es tal que esta noche de viernes los denominados «chupaderos» estarán hasta el tope.

Con las bases de datos de la OMS nuestro país El Salvador ocupa el nada honroso primer lugar de los países con el mayor número de personas fallecidas por alcoholismo, con una impresionante tasa de 18.5 por cada 100,000 habitantes, les comparto que la tasa de homicidios de El Salvador en el año 2020 fue de 19.8 por cada 100,000 personas, si todavía usted no se impresiona sepa que el World Health Rankings de la OMS, de las 183 naciones que se recopilan en esa fatídica lista 43 son las que marcan más decesos por esa causa, después de El Salvador siguen: Rusia con una tasa del 14.5; Estonia de 11.4; Guatemala con 10.8; Mongolia 10.4; Bielorrusia 10.4; Ucrania 9.5; Nicaragua 8.8; Lituania 8.6 y Latvia con 8.3

Ahora chupar en El Salvador parece que es light y de colores, pero no deja de ser alcohol etílico; siempre hemos tratado de ocultar esta realidad. El alcoholismo destruye las vidas de hombres y ahora cada vez más mujeres están siendo víctimas de esta enfermedad, destruye familias, genera homicidios, lesionados y suicidios.

La muerte de este joven pudo evitarse, primero sus «amigos y compañeros de mesa» pudieron evitar o sacarlo de la fuente del primer sector que se metió, pero no fue motivo de burla, de diversión. Luego llegan dos agentes de seguridad privada que ante la falta de capacitación y adiestramiento permitieron y se quedaron observando como el joven se movía a la otra zona de la fuente, donde estaban otros consumidores de otras mesas que tampoco actuaron. Y luego aparecen nuevamente los dos agentes de seguridad y proceden a efectuar movimientos y maniobras inapropiadas, que pudieron ocasionar más daños que ayuda, cuando pudieron haber evitado este lamentable final. No hubo nadie con la suficiente sensibilidad y empatía, pero no es extraño, así esta nuestra sociedad de indiferente, de falta de amor por el más próximo.

El alcoholismo en El Salvador esta arrebatando la vida en todos los segmentos sociales y edades, pero nuestros adolescentes y jóvenes son los más afectados.

No mires al vino cuando rojea,
Cuando resplandece su color en la copa.
Se entra suavemente; más al fin como serpiente morderá,
Y como áspid dará dolor. Proverbios 23:31-33