El servicio a domicilio
DIARIO EL MUNDO 17/07/2020
La pandemia del Covid-19 llego al país en marzo del 2020 con el primer caso de manera oficial, y con ello la cuarentena domiciliaria, la cual fue un verdadero confinamiento, imponiendo un registro mundial siendo la más larga del planeta, pero este dato fue uno de tantos eventos que hemos observado. Con el encierro, los restaurantes, pupuserias, comida rápida y otros comercios pusieron a disposición el servicio o entrega a domicilio, otros como las franquicias siempre lo han puesto a disposición y ahora solo se les incremento la demanda.
Los meses de marzo, abril, mayo y parte de junio una opción para comprar alimentos preparados, comprar verduras y frutas, carnes, pollos, pupusas, comida rápida y otros fueron solicitados principalmente por teléfono a los comercios y locales, y distribuidos mayoritariamente por empresas que disponen de plataformas en internet y digitales, pero otros rápidamente implementaron sus propios servicios compraron, alquilaron motocicletas o sub contrataron personas con motos propias; padecimos muchos abusos de cobros de servicio a domicilio, pero en promedio eran tres dólares, además de cobrar se impusieron montos mínimos de compra.
Una cadena de pupuserias muy reconocida no vendía si la compra no era de diez dólares pero adicional se pagaba el servicio en la motocicleta.
Ingresando al quinto mes se han observado algunos cambios y mejoras en algunos comercios, pero la principales debilidades han sido en cuanto al servicio de atención telefónica ya que muchos operadores lo que hacen es “descolgar” el aparato y siempre suena ocupado, me consta en un restaurante de mariscos al retirar mi pedido que supuestamente ya estaría al llegar, espere media hora adicional, y allí pude ser testigo como la operadora efectuó ese movimiento; de igual forma en una pupuserias de las denominadas “top” el teléfono sonando y los empleados cerca del aparato y otros que pasaban más nadie contestaba.
Luego los incumplimientos de tiempos de entrega han sido muy lamentables, comida con retrasos superiores a una hora del tiempo ofrecido, no sin antes escuchar una advertencia del operador telefónico “no estamos brindando garantía de entrega y en automático más de una hora” no solo se atrasan e incumplen los tiempos y entregan comida fría, si no se escucha un tono de voz retador, o lo toma o lo deja.
Ya en la calle los problemas previos al Covid-19 motociclistas que no respetan la ley y reglamento general de tránsito, altas velocidades, tercer carril y otros sin supervisión de sus empresas. Y es un secreto a voces que si no cumple los tiempos ofrecidos en época normal se le descontaba al motociclista.
Y qué decir de pedidos equivocados luego de esperar por horas la comida, sin opción a reclamar y la familia con apetito y pasado su tiempo de alimentación. Ya en junio con la posibilidad de ir a retirar comida y otras compras han frenado los abusos de los cobros de servicio a domicilio, los tiempos retrasados y otros inconvenientes.
Necesitamos como comercio prestar atención a estos detalles y mejorar, utilizar los recursos de las nuevas tecnologías de la información y comunicaciones, poder ser más empáticos con los clientes y absorber el costo de las entregas a domicilio ya que se están ahorrando muchos costos y gastos al estar cerrados los establecimientos.
Nos faltan muchos meses para adaptarnos a esta nueva realidad en el país, pero también se presenta una gran oportunidad de mejorar y no solo de hacer negocio.
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