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Entrevistas - febrero 8, 2019

Criminólogo Ricardo Sosa: “Urge recuperar el territorio y atender la primera infancia”


Ricardo Sosa es un criminólogo que le sigue el pulso al tema de seguridad, es duro contra el Estado porque no ha cumplido su rol y ha dejado que las pandillas dominen comunidades enteras; propone una serie de enfoques a los candidatos que aspiran gobernar El Salvador en los próximos cinco años.

Considera que esta campaña electoral es atípica porque se conocen los candidatos pero no sus propuestas en seguridad para recuperar el país del clima de inseguridad, al menos un candidato ya detalló el enfoque de su plan. El Diario de Hoy habló con el criminólogo Ricardo Soca y él sostiene que el futuro presidente debe pensar en un plan, no de cinco años, sino de 20.

¿Cuáles deberían ser los principales temas que los candidatos presidenciales deben incluir en sus plataformas electorales?

Esta campaña está siendo bien atípica porque siempre estábamos acostumbrados que previo al arranque conocíamos las plataformas de los institutos políticos. Algo ha surgido en esta campaña de 2019 que no tenemos esas plataformas estructuradas.

Algunos comienzan ya a revelar algunas situaciones que tienen que ver con la seguridad. Han existido algunos esbozos pero aún no contamos con las cuatro plataformas.

¿Qué tan importante debe de ser el tema de seguridad en la plataforma?

El tema de la seguridad se convierte en la principal necesidad y requerimiento de la población. Al platicar con cualquier ciudadano te dice que el principal problema que deben de resolver los candidatos a la Presidencia es cómo enfrentar la criminalidad, la inseguridad.

Esto requiere primero de elaborar una política nacional de seguridad, pero aquí estamos acostumbrados a crear primero la ley, después la política y en algunas ocasiones reglamentos. Tenemos muchas leyes sin reglamentos, por lo que deberíamos trabajar primero en una política de seguridad nacional que trascienda un gobierno.

«El Salvador ha cometido un gran error y es olvidar la primera infancia. Estamos queriendo atacar el problema delincuencial cuando ya enfrentamos a los adolescentes, olvidando la primera infancia que es la que ha estado tradicionalmente descuidada en el país»

¿Qué componentes tendría esa política?

Debe tener aquellos grandes principios, que reúna los objetivos permanentes de esta nación y en segundo lugar, definir objetivos nacionales que le permita alcanzar los logros de esa planificación.

Lo que se debe de romper, por primera vez, un candidato a la Presidencia es presentar a la nación un proyecto que trascienda cinco años, que se pueda considerar trascender en ese plan estratégico, en esos grandes objetivos nacionales por lo menos 20 años, cuatro períodos presidenciales, y que el ganador de las elecciones se comprometa en ejecutar este primer 25% del proyecto en cinco años.

Si el presidente que tome posesión el uno de junio está pensando con la visión tradicional en un quinquenio no vamos a obtener lo que el país necesita.

¿Por qué?

La realidad de esta plataforma no tiene solo que ver con el combate y la represión del delito, sino que tiene que ver con combatir aquellos factores estructurales que son conocidos en la cultura criminológica como los factores criminógenos, es decir, factores que dieron origen a toda esa situación y que no es de la presente década ni del presente siglo.

Aquí hay factores estructurales que continúan presentes y se continúan señalando previo a la guerra civil.

Esta política debe ser ese gran marco donde todos los partidos políticos que van a competir y los que no van a competir, y los grandes actores de la sociedad, como ciudadanos y las víctimas puedan formar parte de este plan de seguridad nacional y desarrollo.

Y además, de esa gran política surgen los diferentes planes de acción: el combate al crimen organizado; por supuesto debe haber un componente para las pandillas, debe de tener un componente para la recuperación de territorios, un componente para el narcotráfico.

Tene que abordarse la ciber seguridad, el tema de los centros penales, cada uno con su plan estructurado, pero en el cumplimiento de una visión de país, esto hasta este momento en ninguna campaña ni en ningún período anterior lo hemos visto.

Las maras marcan su territorio para tener el control de barrios y colonias…

Prevención versus lucha frontal contra la delincuencia, ¿cuál debe ser la principal?

Ese ha sido el gran debate en los últimos años en El Salvador. Desde el punto de vista criminológico, los componentes trascendentales de esas grandes políticas de seguridad tienen que tener un componente de combate y represión del delito, no de personas, sino atacar la figura del delito, porque si el Estado se enfoque en combatir el delito va poder enfocarse en desmontar estructuras criminales.

El segundo gran componente tiene que ver con la prevención, entendida como el aspecto criminológico lo da, una prevención primaria, secundaria y terciaría que es donde debemos enfocar.

Luego viene un componente, por supuesto, de tratamiento y restauración de las personas que han cometido delitos porque si no tenes lo que te dice la estadística en este momento: el 20 % por ciento de los 38,330 privados de libertad está retornando al sistema penitenciario con delitos mayores a los que ya cumplieron la condena.

El cuarto componente es la reinserción, el programa Yo Cambio, es un programa extraordinario desde el componente criminológico.

No se trata de mantener entretenidos a los privados de libertad hay un componente criminológico dirigido por un consejo criminológico nacional, regional y local que debe de mantenerse y fortalecerse porque del total de privados de libertad hay 26 mil que están incorporados a este programa.

¿Hay más componentes?

Y el quinto gran componente, que no debería estar ausente en ninguna plataforma presidencial, es la atención de las víctimas. Esta atención a víctimas está únicamente concebida para aquellas personas que ya están siendo afectadas directamente por un delito.

El Salvador carece de una ley de prevención que pueda trabajar en las comunidades, en los barrios, cantones y caseríos. Y, que también extienda el brazo para aquellas personas que decidan abandonar la violencia.

La prevención ha costado décadas para que se instaure en El Salvador, pero ahora que están las bases de la prevención llegó para quedarse. Y aquel candidato que no quiera entender esta premisa de la prevención va tener grandes dificultades.

«La PNC y la Fiscalía no pueden renunciar al mandato legal de combatir a las pandillas, pero también el Gobierno debe buscar ideas creativas para hacer una profunda transformación en el territorio. La palabra negociación (con las pandillas) no es las adecuada, pero si deben existir las opciones legales que el Estado determine»

¿Y el combate del delito?

El combate a la represión del delito tiene que hacerlo el presidente de la República a través de la Policía Nacional Civil, la Fiscalía General, que es lo que estima la ley, y luego también la prevención entendida como una prevención situacional, que esta prevención pueda ir a resolver criminógenos y las causas estructurales de la violencia.

La ley le da las facultades al Estado, la primera es: arrebatar el control a la estructura criminal haciendo uso del poder coercitivo del Estado con toda la institucionalidad, pero también le da la opción de poder estructurar una estrategia atendiendo los factores y privilegiando la prevención.

¿Que medidas implementarías en los primeros 100 días?

Desde el día 1, asumir un liderazgo, que él pueda compartir esa visión de país y retomar la propuesta de un plan de 20 años.

La segunda sugerencia, establecer un marco para trabajar una plataforma nacional de seguridad y desarrollo. Considere la creación de un Consejo de Seguridad Nacional conformado por expertos de diferentes áreas de la seguridad, defensa y criminología, que puedan recomendarle cómo trabajar la política de seguridad del país, y tener medidores para determinar si se va cumpliendo.

La creación de una Secretaria de Seguridad, es una deuda como país.

Se debe tomar decisiones valientes en el tema de la Policía Nacional Civil, tiene que haber una profunda revisión sobre 27 años después de fundación, a dónde está la PNC luego de aquel ideario de los Acuerdos de Paz.

Después de 27 años ya debemos decidir qué tipo de Policía Nacional Civil requerimos los salvadoreños, para crear nuestra propia filosofía dirigida por salvadoreños.

¿Qué debe de suceder, con la Fuerza Armada, debe estar acuartelada?

Foto/EDH

La presencia de la Fuerza Armada en tarea de seguridad pública, al revisar el componente constitucional estamos en una situación de inconstitucionalidad. Ya la base constitucional define que la Fuerza Armada podrá de manera excepcional apoyar a la seguridad.

El Salvador fue incapaz de mantenerse un año completo sin la presencia de la Fuerza Armada.

Es importante que lo diga, que lo defina, si va mantenerse como los otros presidentes o si hará un giro de timón y si esos recursos los va enfocar al fortalecimiento de la Policía o la Fiscalía.

¿Qué hacer con las pandillas?

Esa es una de las grandes respuestas que deben dar los candidatos, hasta este momento lo que hemos observado es que los cuatro candidatos han evitado mencionar la palabra pandilla, no han mencionado la palabra crimen organizado, no nos han dicho cómo piensan recuperar el territorio, a excepción de uno.

Estamos atravesando una crisis excepcional y necesitamos medidas excepcionales, creativas pero legales.

«Las pandillas dejaron de ser, hace muchos años un tema y problema de marginación. Las pandillas son verdaderas estructuras criminales transnacionales que tienen un único objetivo: generar altas ganancias lucrativas.»

Esto debe tener un componente de recuperación del territorio donde la pandilla deje de ser una opción para los jóvenes.

Tiene que pasar esta generación y comenzar a observar transformaciones profundas en nuestro modelo de seguridad, por eso hay que comenzar a trabajar desde la primera infancia, porque por esta generación que ya está en el cuarto nivel de generación de las pandillas ya tiene bisabuelos que están trabajando todavía con esta mente criminal, desde la óptica de la criminología muchos de ellos tienen la calidad de irrecuperables.

Quezaltepeque.- 31 de Enero 2013.- L’deres de las pandillas MS y 18, firmaron un acuerdo de paz y vida, en la ciudad de Quezaltepeque, a Libertad. en el evento estuvieron presentes, el Ministro de Seguridad, David Munguia Payes, los facilitadores de la tregua Raul Mijango y Fabio Colindres, y autoridades locales, al mismo tiempo pandilleros recluidos en el centro penal de ese municipio, sostuvieron que respetaran ese acuerdo. FOTO EDH Marvin Recinos

¿Es válida la negociación con las pandillas?

Yo creo, que la palabra negociación no es la más adecuada, pero sí deben existir las opciones legales que el Estado determine, acá debe participar la Corte Suprema de Justicia y la Unidad Técnica del sector Justicia tienen que brindar opinión.

Hay que pensar en un componente estructural que es decisivo en el control y recuperación del territorio, y es la presencia del Estado en el territorio. Uno de los errores que se cometió luego de la firma de los Acuerdos de Paz es la eliminación del sistema territorial que tenía el país.

En este momento en el territorio, la Policía Nacional Civil a través de la Policía Comunitaria tiene la misión de tratar de recuperar esa fuerza moral, en las comunidades debes tener gente, llegar ahí, el Estado debe entusiasmarlo y ser parte de la comunidad organizada, no se trata de decir éste y aquel son pandilleros, sino de organizar a la comunidad para que ellos sean los artífices de la solución a sus grandes problemas.

Las municipalidades están ausentes, no puede continuar El Salvador con una ausencia de las municipalidades desconectadas del Ejecutivo, ahí juega un rol importante el gobernador, en armonía con las comunidades, sino lo que tenemos es un control de las pandillas, de los mercados, control de las comunidades, conforman mini Estados paralelos, donde no hay ni códigos penal, y donde solo hay cuatro estilo o normas que imperan en ese territorio, y están controlados por el crimen organizado y las pandillas: ver, oír, callar y obedecer, y quien no cumple lo paga con la muerte.

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